
Según la leyenda china antigua, el fénix y el dragón son las deidades animales que eran la fuente de vida de los clanes familiares. Por esta razón, el jade fue utilizado a menudo como material para tallar los fénix y los dragones usados como ornamentos. Estos ornamentos simbolizaban la relación noble de un caballero y son el origen del refrán chino: “la moral del caballero es como el jade”.
Enterrar objetos de jade con los muertos era una práctica común en la China antigua. “Los vivos usan el jade como símbolo de su integridad moral y el jade acompaña a los difuntos para consolar sus almas”, se decía.
Hace 4000 años en China, grandes cantidades de utensilios de jade eran puestas a menudo sobre o alrededor de un ataúd, particularmente el pi que representaba el redondo cielo y el ts'ung significando la rectangular tierra. Eran un lazo simbólico de la comunicación entre el cielo y la tierra, del intercambio entre el mundo del hombre y del espíritu.
Más adelante, los artículos de jade fueron tallados específicamente para el entierro con los muertos, basado en la idea que las calidades del jade de nobleza, perfección, constancia e inmortalidad prevendrían el cuerpo físico de descomponerse.
La mayoría de los artículos de jade tallados eran ornamentales por naturaleza, incluyendo los pedazos para la exhibición y los artículos para el uso personal. Los artículos del jade para el uso personal incluyeron peines, horquillas, pulseras y los colgantes de la cintura. Los ornamentos del jade también fueron fijados en bastones para caminar, lazos para la cintura, ropa y gorros.
Los ornamentos de jade siguen siendo populares hasta hoy. El comprar, el usar y el regalar artículos de jade sigue siendo muy común. El jade se ve como regalo ideal para los pares que hacen un trabajo conjunto y para los hijos cuando se casan. Incluso hoy en día, los chinos conservan la idea que además de ser hermoso, el jade puede proteger a uno contra la desgracia y traer buena suerte.
El jade es una esencia producida a través de las fuerzas naturales de los ríos y de las montañas a través de los siglos. Sin embargo, si no se corta y no se pule hábilmente, no hay manera para que la riqueza potencial y el lustre que la gente aprecia se exprese. Los chinos tienen un refrán: “si el jade no se corta correctamente, no puede ser hecho un utensilio útil”. El corte es un paso importante en el proceso de producir los artículos del jade.
Más allá de mantener su papel histórico, el arte del jade se ha desarrollado con creatividad y habilidad, y se ha convertido en una parte imprescindible de la vida diaria china. El jade sigue siendo un símbolo eterno de la magnífica civilización china.
Extraido de:
http://www.lagranepoca.com/articles/2007/06/03/718.html
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