Entre los beneficios psicológicos, podemos hablar de que mejora la creatividad y la espontaneidad de la bailarina, pues cualquier persona que lo desee puede olvidar que está realizando un ejercicio físico y dejarse llevar por el placer de la danza.
Además, cuando se está practicando la danza oriental, se relaja tanto el cuerpo como la mente, porque se requiere de mucha concentración y relajación, por eso se dice que la práctica de esta danza es una meditación en movimiento.Concentrarse en la relajación y en el aislamiento de ciertas partes del cuerpo, mientras se sumerge en la hipnótica música de Oriente Medio, ofrece beneficios tanto para el cuerpo como para la mente, que tan unidos están. Muchos trastornos relacionados con el estrés y la ansiedad mejoran con la práctica de esta danza.
También debido a los movimientos de cadera ondulantes, muchas veces asociados a la respiración, y gracias a la concentración y relajación de la bailarina, se pueden eliminar bloqueos energéticos sobre todo asociados al segundo chakra (chakra sexual), por lo que muchas mujeres afirman que la práctica continuada de la danza oriental las ha ayudado a mejorar su vida sexual.
Relacionado con ello, la practica regular de esta danza aporta a la mente una sensación de bienestar y fomenta la autoestima.Con el tiempo nos ayuda a vencer inhibiciones y aceptar nuestro cuerpo tal y como es.
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